Una de las salidas más sensibles que he realizado en mis años de maestra ha sido, sin duda, esta.
Haber podido compartir unas horas con las personas afectadas por esta enfermedad me ha emocionado y como a mí, a mis chicos y chicas de quinto. Ese día me volvieron a demostrar los GRANDES que son y el ALMA MÁGICA que tienen.
Disfrutamos hablando con ellas, desayunando unos riquísimos churritos y después, participando en actividades lúdico-didácticas y por último, jugando al bingo.
Fue una preciosa experiencia. Tanto, que propusimos volver para que "mis quintill@s" les contasen sus cuentos en fieltro.
RECUÉRDAME
REMEMBER ME
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