Cuando se viaja, la vida se rehace. Las neuronas juegan con ilusión y activan la chispa en el pensamiento.
Cuando se viaja, el corazón se torna cultura. Los latidos fluyen a intervalos con un incesante ritmo de aprendizaje.
Cuando viajamos, se vive en respeto y tolerancia.
Tenemos la GRAN SUERTE de tener algunos alumnos viajeros a los que les gusta respirar cultura y compartir su experiencia. Es el caso de nuestro SERGIO.
Sergio ha estado en FLORENCIA y ha quedado tan impresionado que nos ha regalado una presentación en la que nos ha explicado el RENACIMIENTO como época de expresión artística y social.
¡GRACIAS, SERGIO!
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