RUTA DE LEYENDAS

 

   GRACIAS a Lorenzo Linares, papá de Violeta, realizamos una preciosa ruta por Córdoba y algunas de sus leyendas.

Nuestro guía, Lorenzo, ha sido un magnífico comunicador y como es conocedor de muchas historias de nuestra ciudad, nos ha regalado la curiosidad de seguir leyendo y aprendiendo sobre hechos y acontecimientos acaecidos en esta maravillosa capital.

La ruta comenzó en la Plaza de la Corredera y de ahí llegamos a San Pedro para ver Los Santos Mártires. Tras eso, una parada para desayunar en unos jardines junto al Palacio de Orive y en seguida, la leyenda de Blanca en el citado palacio.

Siguiendo el paseo, la calle Mancera, en la que nuestro compi Francisco Merino nos contó la leyenda, ya que él y su grupo, la estaban trabajando en el cole. Y unos pasos más, nos llevaron a la calle de la leyenda del Duende de la calle Almonas.

¡Qué trágicas estas leyendas! Pero muy muy curiosas y escalofriantes...¡chan, chan, chan!...

El día seguía hermoso y nuestro caminar se aproximaba a la zona de la ribera. Allí, en la Plaza de San Francisco, rebuscamos y encontramos a los dragones en la fachada. Unos bajorrelieves que quizás tengan origen normando...¡restos de Normandía en Córdoba...ohhh...! Te dejo el enlace de esta web para que lo leas

Dragones y gárgolas - Diario Córdoba (diariocordoba.com)

Y después de que Lorenzo nos contara también la leyenda de La Cruz del el Rastro, nos dirigimos a la calle en la que se sitúa la leyenda de Los Siete Infantes de Lara. Una leyenda impactante y algo sangrienta, pero interesante.

Como esa leyenda tiene un nombre parecido a la leyenda que estaba trabajando el grupo de Helena, esta nos contó su leyenda malagueña titulada la leyenda de La Casa de las Siete Cabezas.

Y bueno, como siempre, el tiempo. ¡Tic, tac! ¡Que no llegamos al cole!...¡Glup!

Sin embargo, no podíamos dejar pasar la oportunidad de ir a ver la Calle del Pañuelo, respirar del silencioso murmuro del agua en su placita y escuchar unos poemas recitados por la seño Bea. Inspiración profunda y relax.

Por fin llegamos al cole, corriendooooo, y se acabó nuestra ruta.

Sin duda queremos más. ¡Próximamente!

Gracias mil a nuestra/o acompañante Rocío Cruz y a Paco Alba.